20130906

Entrada # 2: Robo


Jim Jarmusch, referente del cine independiente estadounidense (según Wikipedia) nos invita a robar, parafraseando a Jean-Luc Godard:
 
“De lo que se trata no es de dónde tomas las cosas, sino de a dónde las llevas.”J. Godard

Yo mismo, escribiendo estas lineas, estoy practicando ese robo al que Jarmusch (quien, a su vez, parece haberle robado el look a un tal Warhol) invita con alevosía y celebración. Ese robo, por supuesto, hace referencia a la defensa del apropiacionismo como movimiento artístico. La alteración o no del material de partida (por no decir original, que es una palabra tabú) puede ser una acción meramente estética, de la que muchos dirán que, en la medida de lo posible, debe evitarse. Con lo cuál, si el lector tiene planeado apropiarse de la obra de otro artista, podría (o incluso debería) hacerlo sin aplicar el más mínimo cambio a la misma. Y no olvidarse de poner su sello en los créditos.

Esta reflexión sobre el robo como forma de hacer arte imbrica con la entrada anterior de este mismo blog, en la que hacía referencia a la -tristemente- popular práctica de ciertos artistas emergentes de ni siquiera pensar un proyecto, sino simplemente buscar algo ya hecho, ir a opciones, cambiarle el idioma y, sobre todo, dejar que lo formalice otro. 

Varios fueron los casos que pude ver de cerca, en un movimiento que defiende la re-interpretación por encima de la creatividad, o el intento de la misma. Cierto es que apelar a la creatividad a viva voz es tan inocente y anticuado como ser escultor. Pero cierto es también que se debe ser consecuente con lo que se hace, al menos, en la medida de lo posible. Apelar al apropiacionismo por incompetencia es pueril. Sobre todo, si se enmascara como un acto post-moderno, en el que el artista (supuestamente) replantea los preceptos burgueses y occidentales sobre el arte y el proceso creativo.

No se puede negar el bien que ha hecho, al menos a la cultura, la ebullición de movimientos artísticos de ruptura que representa el siglo XX. La popularización del arte contemporáneo en nuestros dias asi lo atestigua. Pero la sensación de ver a tus compañeros esforzarse en no esforzarse sólo puede ser descrita con un anglicismo; "cheesy"

La conclusión personal a la que llego es que los movimientos artísticos históricos, serios, transcendentes, profundos, aplicados en ambientes a pequeña escala, con profanos actuando como si no lo fueran, no hace más que ridiculizar la esencia, el poder mismo del arte, en gran medida por la falta de implicación "real" con dicho movimiento, por ser poco consecuente.

Ya que si vas a robar para cambiar a la sociedad desde el arte, por qué no enfundarse un pasa-montañas y darle un susto a los comerciantes de tu ciudad. Por supuesto, grabándolo en video.

Por cierto, el material de partida para esta entrada AQUÍ.



 

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