20130909

Entrada # 4; verdad(es)


 La post-modernidad, en su afán por posicionarse al margen de cualquier precepto que tuviese que ver con la vida en sociedad propuesta por la civilización occidental, promovió una serie de citas que, en su momento, funcionaban como contrapunto, como contestación ante un modelo impuesto. Lo paradójico de esa situación es que, en resumidas cuentas, lo que proponía era cambiar un modelo impuesto por otro modelo impuesto.

Las películas de antropófagos, al contrario de lo que muchos cerrados de mente pueden llegar a pensar del cine comercial, no son simples historias de aventuras en ambientes oscuros de catástrofe en las que mostrar sangre y vísceras por doquier. Son una metáfora de la individualidad como forma de vida. Son una muestra de lo que supone vivir entre dos extremos.


"... que subraya de forma inteligente la necesidad imperiosa de ser diferente en un mundo que avanza a marchas forzadas, al que irremediablemente hay que pertenecer pero en el que, de vez en cuando, hay que pararse a reflexionar."

Lo que vemos son dos ideas incompatibles, que luchan cada una con sus propias armas para imponer su verdad.

¿Y qué es la verdad, si puede saberse?

Es una pregunta harto realizada. Las respuestas más extendidas son dos, casualmente dos extremos; una, dice que la verdad existe, que simplemente hay que buscarla. Pero esta verdad es universal e incontestable, y no se puede actuar al margen de la misma. La otra dice que "nada es verdad", que "todo vale", cayendo sin pretenderlo (y tristemente) en la creación de una verdad universal, es decir, es verdad que nada es verdad.

Con lo cuál, unos bajo el cemento, y otros sobre el fango, continuan pataleando como un chiquillo caprichoso, unos apelando a cierto "deber", otros exclamando que pueden hacer "lo que les dé la gana", y no atreviéndose ninguno de los bandos a explorar, ni tan siquiera por un instante, la posibilidad de hacer auto-crítica, la posibilidad de que ambos puedan estar equivocados. 






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